MONITOR 1: La motricidad fina
comprende los movimientos voluntarios, más finos y precisos de manos y dedos
que implican coordinación, fuerza y sensibilidad de manipulación de
objetos.
MONITOR 1: La motricidad fina juega un papel fundamental en las actividades de la
vida diaria, continuamente estamos haciendo uso de ella, acciones como
abrocharse un botón, atarse los zapatos, escribir en un teclado, pelar una
fruta, abrir un bote, coger una cuchara, limpiar unas gafas, escribir… son
actos del día a día que realizamos de forma automática.
MONITOR 1: Por ello, cuando aparecen problemas de
motricidad fina, el nivel de independencia en actividades de la vida
diaria, disminuye de forma considerable. Puede verse afectada debido al
paso de la edad, a patologías neurológicas (ictus, esclerosis múltiple,
parkinson, alzheimer…), a enfermedades reumáticas, a traumatismos, etc.
MONITOR 1: El aumentar o mantener el máximo nivel
de independencia posible en las actividades diarias, hace que la rehabilitación
de la motricidad fina juegue un papel importante, dentro del
tratamiento que se lleva a cabo desde la terapia ocupacional.
MONITOR 1: Para ejercitar la motricidad fina se puede practicar durante la propia
realización de las actividades diarias, o también, de forma específica, con
ejercicios concretos de coordinación viso-manual como actividades de enhebrar,
ensartar, enroscar, picar, apilar, encajar.
MONITOR 1: Os propongo ver cómo andáis de motricidad
fina. (La experiencia deberá iniciarse con
apoyo de las dos manos, incrementando la dificultad paulatinamente (sin apoyos,
intercambio de manos, distintos sentidos, misma dirección…)
Se comentarán
con los participantes las distintas estrategias para la resolución eficaz en
tiempo.
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